lunes, 27 de septiembre de 2010

Carta a los Filipenses

Atleti 1 - Zaragoza 0

Queridos hermanos rojiblancos.
Ayer me hice, indefectiblemente, de Filipe Luis, o sea, Filipense. El menda pensaba que este chico era un holograma, un Cabrera cualquiera, una entelequia, el fiasco de la lesión interminable. Y no, queridos, ni mucho menos. Ayer lo único que vimos en el Calderón fue la gloriosa presentación de este brasileño pretendido por el Barça que prefirió las rayas rojiblancas y promete profundidad por la izquierda como dejó ayer patente en el único gol que nos sirvió para quedarnos los tres puntos. Por cierto, marcó Diego "Rantamplán" Costa, que sólo tuvo que empujar (y casi ni lo consigue).
Aparte de mi nuevo estado Filipense poco más queda del partido de ayer. Antes de entrar comentaba con mi hermano: "Lo de hoy es para salir muy cabreado o para salir como entramos". Y me equivoqué. Ganamos y salimos enfadadísimos. Sólo Filipe Luis (impresionante lateral, señores) y Godín (nada nuevo comentar su espectacular trabajo en el centro de la zaga) dieron algo que hablar. Tiago está perdido sin Jurado, Asunçao se rapó el pelo al cero y sus ideas creativas -como siempre- brillaron por su ausencia (aunque su trabajo al corte no fue nada desdeñable). Reyes estuvo desastido con un Perea correcto, rápido y sin hacer ninguna de las suyas. Domínguez, gris. Simao poco inspirado, Forlán absolutamente cabreado con la vida y Diego "Rantamplán" Costa a lo suyo. Menos mal que le rebotó el balón en el jugadón de Filipe y conseguimos quedarnos con los tres puntos.

La gomina de Muñiz
Lo del árbitro -ojo, hoy hablo del "cucaracha" porque hemos ganado- merece un parrafito para él solo.
Soy consciente de que árbitrar es difícil, pero aún más de que arbitrar tan mal es aún más difícil. El engominado asturiano nos empapeló a tarjetas de un modo absolutamente descerebrado, expulsó con roja directa a Reyes en un lance donde no había peligro, donde no había mala intención nada más que por parte del defensa, donde su única intención era expulsar a algún atlético porque no había conseguido que el Zaragoza nos marcase en un libre indirecto que se repitió por dos veces dentro del área por una cesión que fue más un despeje pero en la que los nuestros también tuvieron parte de culpa por echarse a la bartola y tomarse el partido de guasa.
Justo antes de la cesión Perea se desentendió de ir a por el balón en fuera de banda favorable que, por falta de concentración, pensó que era para el Zaragoza. En fin... espero que Quique S. Flowers, el sobrino de la Faraona, les cantase las cuarenta después del partido. Al menos llevaba cara de pocos amigos cuando el sinvergüenza del pito tocó el final (descontó cinco minutazos) y se dirigió a los vestuarios.
Decía que lo de Muñiz no tiene nombre porque no cortó el juego en ninguna de las jugadas donde algún jugador podía haberse lesionado. Leo Franco (ovacionado por dos veces) se lesionó; Godín, también lesionado tuvo que esperar a que sus compañeros echasen fuera la pelota para ser atendido (y luego los maños la devolvieron de aquella manera, o sea, sin echarla fuera, dando un pasecito cerca... en fin, que hay que acabar con esto de las pérdidas de tiempo, te la doy pero no te la doy, falsa deportividad y chorradas varias. Para qué coño están los árbitros).
Y aparte del penoso arbitraje y la calamitosa actuación del Atleti poco más queda por decir. El Zaragoza no existió y no hizo nada de nada. Un digno colista.
Ahora a ver qué pasa en Sevilla. Sería un buen momento para vengar la final de la Copa del Rey, para dejar claro quién es el equipo grande y recordarles a los sevillistas que aún les queda mucho para llegarnos a los tacos de las botas.

Vamos, Atleti, vamos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un punto en urgencias


Valencia 1 - Atleti 1

Empieza el partido y recibo un SMS de mi buen amigo valencianista Amador: "Bueno, ¿y qué?" Habitualmente, cuando juegan nuestros equipos cruzamos decenas de mensajes comentando cada gol, cada lance del encuentro, cada una de las jugadas de nuestros equipos. Ayer no pudo ser.
Me llegó el mensaje cuando estaba en la sala de urgencias esperando a que una joven y simpática pediatra me dijera que mi hija tenía un "cuadro vírico acompañado de una infección de oído". Bueno, parece que cuando le ponen nombre a las cosas uno se queda más tranquilo, aunque la cría siga llorando a lágrima viva, aunque el corazón se te encoja tanto que parece te va a faltar el aire y vas a acabar pidiendo el oxígeno y quitándole el protagonismo a tu niña.
Como se vomitó en el coche el pijama y el body (además de la sillita, la tapicería de los asientos (again), las alfombrillas y todo lo que pilló en su camino) me fui a casa a por ropa seca mientras mi mujer iba hidratando a la pequeña María con jeringuillazos de suero cada diez minutos para descartar que fuese algo digestivo y paliar los efectos de la descarga líquida en su cuerpecito de ocho meses. Total, que pongo la radio y vamos ganando uno cero. Simao en una contra a la salida de un córner valencianista. Forlán que parece que se lía, que se deslía, que mete un pase genial a Antonio López que se ha recorrido el campo para ganarle la espalda a la defensa, se la pone a Simao en el punto de penalti y el portugués la para con una pierna y la mete con la otra dejando la salida de César en una mueca inútil. Golazo.
Subo a por la ropa, no encuentro el maldito body limpio. Revuelvo todos los cajones y al fin doy con todo lo necesario para volver al hospital. En media hora he ido, he cogido todo y he vuelto. Mi mujer sigue enchufándole los tres mililitros de suero a la cría despertándola de un sueño intermitente y aderezado con lloros y lágrimas. Un sufrimiento. Tanto que no puedo resistir la tentación y me pongo a seguir en el internet de mi móvil la retransmisión en directo. Hemos fallado un par de ocasiones para dejar sentenciado todo en la primera parte. Ahora el Valencia ha hecho varios cambios y nos están tupiendo a oportunidades. Parece que Godín está a tope y que la defensa aguanta lo que el centro del campo no ha podido contener. Nos tienen enrocados como una muralla en torno a un De Gea que, otra vez, se está saliendo.
Faltan cinco minutos. Que acabe ya el partido, que nos digan que la niña está bien, que todo vuelva a su cauce. Pero nada. Suena el altavoz estridente de la sala de espera recitando nombres ininteligibles de niños nacidos aquí pero con padres de allá. La doctora nos dice que en un ratito ve a María. Se cae Pablo Hernández junto a la banda, se cae Godín, se cae Antonio López, llega Albelda a rebañar el balón y casi desde el córner saca un pase increíble (sobre todo porque el Valencia lanzó enecientos córners sin éxito) y Aduriz activa los gadgetomuelles para saltar poderosamente dejando a Perea en el aire como un enanito. Cabezazo a la base del poste y De Gea vendido con el cupo de milagros agotado. Empate.
La joven y simpática pediatra nos dice que todo está bien (si no tenemos en cuenta el "cuadro vírico con infección de oídos") y que podemos irnos a casa. Que le demos a la niña un poco de Dalsy y que, si la cosa empeora, que volvamos a urgencias.
A la una de la mañana salíamos del hospital con la niña dormida, con un punto más en el casillero y con la seguridad de que la vida sigue, de que tenemos que estar preparados para todo, de que la niña va a mejorar y de que el Atleti, el domingo, consegirá los tres puntos en el Calderón frente al Zaragoza.

Aupa Atleti.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Agotamiento griego y racanería catalana

Atleti 1 - Barsa 2

Ayer fue un mal día. Un día de esos pastosos en los que parece que va a llover, te echas la chaqueta al hombro, y te asfixias de calor. Una jornada que ya amanecía de mal rollito porque los periodistas de la cosa balompédica no dejaban de cotorrear lo impresionantes que son estos partidos, lo rápido que se habían agotado las entradas, la cantidad de goles que se metían y lo fácil que el Atleti le ganaba al Barsa porque le tiene cogida la medida... en fin, chorradas de las estadísticas y la pequeña historia futbolera que sólo sirven para llenar páginas y darle un poco de salsa a un espectáculo donde entran en juego muchísimos más factores que la historia, las estadísticas y los dos últimos partidos de Liga que les hemos ganado a los blaugranas en el Calderón.

Agotamiento griego
Pero nadie dijo nada de que el Atleti jugó en Grecia el jueves por la noche y que no llegó a Madrid hasta la madrugada del viernes. De que sólo hemos tenido un día para preparar el partido. De que este miércoles, a las diez de la noche, vuelven a jugar los futbolistas contra el Valencia, en Valencia, y así suma y sigue gracias a la esclavitud de los equipos a los caprichos de las audiencias, de la publicidad, de la pasta...
Tampoco dijeron que el Kun no estaba recuperado, y que aunque Quique y el propio jugador quisieran meterle un poco de miedito a Guardiola, no mereció la pena que jugase un tiempo viendo pasar el balón y restando toda la efectividad a una presión en la salida del balón que se antojaba una putada para el pobre Forlán multiplicado (y agotado de su soledad griega) y un desquicie absoluto para Simao que abandonaba la banda por la que Alves (rapidísimo y cabroncísimo) entraba como un puñal. En fin, que pintaba mal la cosa. Y eso que Maxwell despejó al palo y casi nos adelantamos en el marcador.
Lo de Raúl García sigue sin tener explicación. Este chico con la selección es el que lleva la voz cantante y, en el Atleti, juega arrugado, con miedo, no dispara de lejos, mira a sus compañeros antes de hacer cualquier movimiento arriesgado como pidiendo su anuencia... en fin, que no lo entiendo. Sus tres primeras intervenciones fueron pérdidas de balón. Luego vino el gol del empate. Ahí Quique tenía que haber aprovechado para cambiarle con una ovación y dar salida a alguna sorpresa como Mario Suárez o Fran Mérida. Pero nada, seguimos con más de lo mismo.

Racanería catalana

Ver a Guardiola sacar una línea de defensa con cinco tíos en el Calderón es un síntoma de mieditis que te cagas. Y así salió el Barça al principio, esperando a un Atleti que quería presionar y al que le faltaba un jugador que únicamente tenía como misión acojonar al contrario (el Kun, claro, que no estaba para correr). Tardaron muy poco los catalanes en darse cuenta, en marcarnos, en volvernos a marcar y en controlar el partido a su antojo.
La segunda parte fue una muestra de racanería catalana llevada al extremo. Un Barça que hizo un rondo con el Atleti durante diez minutos de silencio en un estadio abarrotado. Parecía que se había muerto alguien, o lo que es peor, que nos iban a matar cuando quisieran.
Una lástima ver a un equipazo como el blaugrana perdiendo tiempo con jugadores tirándose al suelo, provocando, discutiendo, desentendiéndose del balón para que corriera el reloj...

De Gea

David De Gea fue el mejor de los nuestros, aunque eso diga muy poco en nuestro favor. La verdad es que los catalanes nos pasaron por encima sin esforzarse demasiado. El portero hizo cinco o seis intervenciones que eran goles cantados. Desesperó a Villa que salió abucheado del Calderón, le paró los pies a Messi que salió en camilla del Calderón y consiguió detener todo lo que lanzaba Iniesta que salió ovacionado del Calderón (pedazo de futbolista).

Argentino y Jose I. Fernández

Pero lo peor del partido no fue la derrota, lo peor -con diferencia- fue que le vendieran una entrada justo al lado de mi abono a un argentino del Estudiantes que estuvo todo el partido gritando obviedades, insultando a Messi con la boca pequeña y excediéndose en su amor a los colores del Atleti cargando contra los futbolistas del Barça (casi todos excepcionales). En fin...
Lo mejor fue, sin duda, que al fin pude saludar "in person" al gran José I. Fernández, vecino de abono y autor de uno de los blogs con más información propia sobre el Atleti: Un grande sin memoria .
El miércoles veremos cómo recupera el equipo después de dos derrotas consecutivas, ninguna de las dos es grave, ninguna de las dos es vital. Habrá que ver si son capaces de coger el ritmo de las televisiones (en La Sexta, a las 22:00).

¡Aupa Atleti!

viernes, 17 de septiembre de 2010

No pasa nada

Aris 1 - Atleti 0

Absolutamente nada. Tranquilidad y buenos alimentos. Lo cierto es que la primera parte la "vi" por la radio. Y quede aquí constancia de que casi me mato hasta que di con una emisora que estuviese retransmitiendo el partido. Los de Radio Marca, nada de nada. Al final los pesados de Onda Madrid me pusieron al tanto de lo que ocurría en Salónica. O sea, nada de nada.
Llegué a casa a tiempo para bañar a mi hija, darle dos achuchones, y prepararle los cereales de la noche. Cuando se estaba embuchando todo el biberón con ojitos de cansacio y más sueño que Dios talento, un tal Javito nos mete un golazo que me quedo perplejo y me pregunto como el gran Tomi Soprano (el mejor bloguero rojiblanco) "¿qué coño hace este tío en la liga griega?" Ya lo había avisado otro de los muchos españoles que militan en el equipo del triste y oscuro Cúper. Koke avisaba en una entrevista que publicaba As sobre este asunto: "No hay nombres conocidos, pero la gente se va a sorprender con algunos futbolistas". Y yo me sorprendí. A ver, no es que el Aris tengo un equipazo ni de lejos, pero ahí hay tipos que podrían estar jugando perfectamente en cualquier equipo español de Primera División. Por cierto, ¿no le interesará a ningún equipo griego la cesión de Valera? Lo dejo en el aire.
Lo de los experimentos del sobrino de la Faraona, mi admirado Quique S. Flowers, lleva sin surtir efecto toda la pretemporada. Ayer nos sorprendió con Fran Mérida en la banda, con Raúl García acompañando a Forlán arriba y dejando a Filipe Luis (¿de verdad que es del Atleti?) otra vez en el banquillo. Lo de este chico comienza a parecer la historia de Cabrera, ¿alguien recuerda a Cabrera el año pasado? En fin.
Total, que hace unos cambios de última hora y el equipo empieza a rular mucho mejor con Diego Costa fallando un gol que meto hasta yo sentado en una silla, con Reyes intenso y un Mario Suarez que promete pero necesita más minutos. Tiago sigue sin coger la forma, Simao recordó su deambular penoso de la temporada pasada, De Gea demostró que es un porterazo y Camacho no acabó de encontrar su sitio.
Pero tranquilidad. No pasa nada. Es mejor perder contra el Aris el primer partido en Europa para que nos entre a todos la razón, para que nadie se vuelva loco, para que sepamos que no nos van a regalar nada y para recibir al Barça en Liga con un poquito de cautela y humildad para evitar el 0-6 con el que despedimos a Torres.
Aún queda muchísimo. Yo confío en el equipo.
Aupa Atleti.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El superpenalti que nos dejó sin Kun



Athletic 1 - Atleti 2

Si no fueramos o fuesemos súper campeones, ayer no nos llevamos los tres puntos de San Mamés. Si no fueramos o fuesemos el mejor equipo de Europa, ayer en el botxo el músculo que Caparrós dispuso en el césped, nos hubiese reventado. Si no fueramos o fuesemos los líderes de la mejor liga del mundo, seguramente hoy estaríamos hablando del árbitro, del clamoroso penalti que le hicieron al Kun cuando se iba solo a por el chopo, de la entrada brutal del rehabilitado Gurpegui y de la expulsión que se quedó en roja, del penalti que Undiano sacó fuera del área a petición del ex drogodependiente y de las tres semanas que el bueno de Sergio Kun Agüero se va a quedar sin poder dar alegrías, recortes, arranques de fantasía, pases imposibles, presión hasta la extenuación, magia y goles al equipo más importante de España (recuerden, somos líderes) y de Europa (y supercampeones del viejo continente).

Pero como somos súper campeones, ayer nos llevamos los tres puntitos que había en la ría. Y como somos el mejor equipo de Europa, pues no nos afectó que el euskaldunizado Jokin Kaparrós dejase en el banquillo a los futbolistas con clase y apostase por los que muerden -aunque estuviesen lesionados como Toquero-. Y claro, como vamos los primeros en la mejor liga del mundo, pues no voy a hablar del penalti descarado ni de la expulsión perdonada.

Sin embargo, un equipo supercampeón, no puede menos que preocuparse por la lesión de uno de los futbolistas que marcan la diferencia en la plantilla. Tres semanas se me hacen demasiadas para estar sin el bueno de Agüero. Esperemos que Diego Costa aproveche la oportunidad y nos convenza de que era él, y no otro, el tercer delantero que necesita el club hasta que se recupere Borja, el crack de Villaverde. (Bego, este chaval no es Javi Moreno, ya lo verás).

El partido
Me gustó la pausa del Atleti, el control de balón y, sobre todo, la certeza y la seguridad de que el partido lo íbamos a ganar. Era sólo esperar el momento. Y tampoco hubo que esperar mucho porque a los diez minutos Agüero hizo de dibujo animado y dejó rotos a un par de defensas con sus quiebros de diario, pasó la bola al punto de penalti, Simao se la colocó a Forlán y el uruguayo hizo lo que mejor se le da. Pichichi otra vez.
El Athetic me gustó más cuando Caparrós tuvo que quitar del campo a los lesionados que "milagrosamente" se habían recuperado para el partido. Cuando entraron Iturraspe, De Marcos y Muniáin, el eléctrico menor de edad que revolucionó a los leones y les llevó a marcar un golito antes de que Undiano pitase el final y después de que Tiago hubiese remachado un contraataque de Diego Costa en el que Forlán aclaró la defensa, Simao no consiguió batir a Iraizoz y Tiago demostró que somos un equipo ganador al que le vienen a la cabeza, no sólo los rechaces, sino muchas ideas de pase, juego y fútbol.
Me encantó el ambiente de San Mamés, casi tanto como el del Calderón. Con 40.000 personas animando a su equipo después de recibir el 0-2. Claro que, como somos super campeones, estamos acostumbrados a esta presión.

Y ahora comienza la Liga de verdad. El domingo, a las 19:00 en el Calderón (ya no hay entradas) jugamos sin el Kun contra un Barca humillado en su estreno catalanista en Catalunya por un Hércules sospechosamente reforzado en plan Lendoiro de los noventa...

Aupa Atleti.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Aquí, de líderes supercampeones, ya ves

Atleti 4 - Sporting 0

Comenzó la Liga. Y este año lo hacíamos con un título nada más empezar, el que nos convierte en el mejor equipo de Europa, ahí es nada. Lo mejor de todo es que acabamos la temporada con otro título, el de la Europa League que a mí no me acababa de convencer y que ha resultado ser el camino perfecto para volver a ver al equipo en el lugar donde siempre ha estado. Aunque algunos que no tienen ni idea se empeñen en recordar una y otra vez nuestros dos años en Segunda y que somos los "pupas" y no sé cuántas tonterías más sin tener en cuenta que nuestro equipo tiene 9 Ligas, 9 Copas, 1 UEFA, 1 Europa League, 1 Supercopa de Europa y 1 Copa Intercontinental entre otras cosas.

El puñetero lunes, 30 de agosto, a las diez de la noche, me enfundé mi "súper-camiseta-centenaria-de-la-suerte" y me fui con mis hermanos al Calderón. Ambientazo en los alrededores. Un tercio, unos bocatas de cinta de lomo con queso y el temor a que la celebración se nos atragantase contra mi querido Sporting... incluso antes del partido, después de saludar a todos los abonados que, año tras año, nos reunimos en el primer anfiteatro del fondo sur, temía dormirme por las malas noches que me había dado mi hija María (tan acostumbrada a los triunfos de nuestro Atleti).

Pero nada de eso. El Atleti empezó a carburar sobre un césped renovado que daba gusto ver. A los diez minutos (bueno, en el once) Jurado engancha un pasecito de Raúl García de dentro a fuera del área y mete un obús junto al palo que levantó la grada con un grito unánime ¡GOOOOOOOOL! Empezaba la fiesta y yo me las daba de Rappel diciendo a diestra y siniestra que, aún sintiéndolo mucho por mi querido Sporting, esta noche les íbamos a meter cuatro. Y, esta vez sí, acerté de pleno.

Los héroes
El partido fue realmente espectacular. El Atleti rapidísimo y enchufadísimo. De Gea hizo un paradón de balonmano en un mano a mano con Miguelito de las Cuevas (me sigue gustando este chaval). Antonio López ejerció de capitán y estuvo bregador. Perea no hizo ninguna de las suyas y volvió a exhibir su punta de velocidad, Godín me maravilló como central y, cada vez que la tocaba, no paraba de repetir como un mantra: "este tío corta y pasa el balón en el mismo movimiento". Ufjalusi estuvo más que espléndido, un auténtico gladiador que hizo realidad el pronóstico de Lotina cuando decía de él que parecía Cristiano Ronaldo (pero con tobillos de acero). Lo del checo con Reyes era de otra dimensión. Como decía mi hermano "se han hecho amiguitos y la cosa va de lujo". El gitanito estuvo soberbio. Con y sin venda en la cabeza por el golpetazo que recibió nada más comenzar. Raúl García y Asunçao, en su línea, muy recuperadores, muy grises, muy trabajadores, pero poco creativos. Todo se fraguaba en las bandas. La de Jurado -aunque no estuvo fino- era una auténtica mina. El vikingo gaditano que se nos ha ido a Alemania tiene clase y calidad por un tubo (o dos), lástima que no tenga suficiente sangre en las venas. Y ojo, que tanto a este que se pira como a Reyes, como a Valera, como a la mayoría de los futbolistas que ya estaban en el equipo, los ha ido recuperando el sobrino de la Faraona. Quique S. Flowers ha demostrado que es un buen técnico para el equipo. De los dos de delante, qué decir: Kun estuvo muy chupón y con demasiada hambre de gol, pero hizo un gran partido, como acostumbra. Forlán parece que no se mueve pero siempre marca, siempre está en el sitio y siempre resuelve fácil y a la red.

En la segunda parte entraron Mario Suárez y Diego Costa. Muy bien el primero, pasado de nervios el segundo. Y Simao que, empeñado en dejarme mal, marcó un golazo en el momento adecuado. Justo antes del pitido final, por toda la escuadra y cuando el Calderón cantaba el "campeones, campeones" sin saber que íbamos a terminar siendo líderes dos semanitas. Lo único que no me gustó fue que el sobrino de la Faraona no diera entrada a Fran Mérida. Ya que no tenemos Villa de Madrid ni partido de presentación, podría haber usado el de ayer para que viéramos a los nuevos. Pero oye, ni una queja más. Que Simao salió y no lo hizo nada mal.

María, talismán
Lo de mi hija es espectacular. Desde que nació todo han sido alegrías. Tiene siete meses y, en su segunda temporada como socia ya ha visto ganar al Atleti la Europa League y la Supercopa de Europa. Lástima no habérmela llevado a Barcelona para que nos diera suerte con la Copa.
El apropiador indebido de Cerezo también ha tenido una nieta y le ha puesto María. Mi compañero de abono está esperando en quince días que nazca su segundo hijo, será una niña y también le pondrá María. Al final todas las atléticas que nazcan van a tener que llevar este nombre. Es normal, con un equipo como el nuestro sólo cabe exclamar ¡la Virgen!

Y ahora a descansar y a preparar con cuidado la visita al botxo donde los leones nos esperan con más ganas que talento. Luego vendrá el Barça al Calderón, pero eso no es tan peligroso, que las dos últimas temporadas hemos sido los únicos que les hemos sabido poner en su sitio.

Aún queda todo por jugarse, pero lo del lunes por la noche, en el Calderón, eso ya nadie nos lo puede quitar. Partidazo y fútbol de ensueño.

Gracias, Atleti.